En los últimos días se sumaron otros dos sospechosos, quienes fueron imputados por el delito de homicidio calificado. Asimismo, y de las pesquisas realizadas, se mantiene la hipótesis de un enfrentamiento entre los barrios Provipo y una patota llamada La Hermandad contra barrio Norte Grande.
Hector Fernando Mamani y Héctor Emanuel Rueda, de 21 y 23 años respectivamente se sumaron a Michel Samuel Ramírez, de 22, como imputados en la causa penal que lleva adelante el fiscal, Rodrigo González Miralpeix, tras el asesinato de Kevín Aparicio, un joven de 16 años, el sábado pasado.
De los dos nuevos imputados, la fiscalía informó que Rueda se presentó de manera espontánea junto a su abogado, Luis María Agüero Molina, oportunidad en la que fue sometido a una audiencia de imputación por el delito de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por el uso de arma de fuego.
Posteriormente, Rueda aceptó declarar y sostuvo que el día del hecho fue a la cancha de fútbol ubicada en barrio Norte Grande, pues el mismo es director técnico de un equipo del barrio San Francisco Solano, denominado “Los Pibes”, el que se enfrentaba a un similar de Norte Grande.
Rueda sostuvo que ganaron por 3 a 2 el encuentro, y que al abandonar el predio, ya que querían regresar a su barrio para festejar se toparon con un grupo de jóvenes de Norte Grande, quienes comenzaron a agredirlos con piedras y palos, circunstancias en que intentaron escapar.
Señaló que en esos momentos, desde un sector apareció un grupo mayor de personas de la patota denominada “La Hermandad”, quienes atacaron a los de Norte Grande, oportunidad en la que se escucharon disparos. Rueda señaló como posible la hipótesis de que esta banda haya ido al lugar para vengar un incidente ocurrido unos días antes en barrio San Benito, donde un niño de 2 años resultó con heridas de arma de fuego.
Rueda negó haber llevado algún tipo de arma de fuego, como así también su participación en la gresca, pues padece una lesión que le impedía moverse con facilidad, no obstante, logró apurar el paso para ponerse a salvo, como así también indicó que cargaba con las camisetas y pelotas de fútbol de su equipo.
Pese a su descargo, la fiscalía solicitó que se mantenga la detención de Rueda, quien es señalado por otros testigos como una de las personas que portaba arma de fuego cuando ocurrió el enfrentamiento entre los dos bandos al término del partido.
Esta hipótesis, casualmente, fue corroborada por Mamani, quien al prestar declaración indagatoria, manifestó que Rueda era uno de los que tenía un arma de fuego durante la gresca, aunque no pudo ver si disparó contra Aparicio.
Mamani, a diferencia de Rueda, fue detenido por efectivos de la División Homicidios y también se encuentra imputado por el delito de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por el uso de arma de fuego.
Este joven, también de barrio San Francisco Solano, confirmó que el enfrentamiento ocurrió posterior al partido, cuando el equipo “Los Pibes” se marchaba por un sendero, al borde del río Arenales, a fin de evitar toparse con los de Norte Grande, pues sabida es la rivalidad entre los dos barrios.
Dijo que pese a ello, un grupo de esa barriada le salió al encuentro y se desató el enfrentamiento, al cual luego se unieron unas 30 personas, que serían de la patota “La Hermandad”, los que comenzaron a atacar a los de Norte Grande.
Mamani reconoció que además de pedradas y palos, hubo varios disparos de arma de fuego y que uno de los que poseía arma era Rueda y que luego vio a otro sujeto también con arma, aunque sólo brindó apodos de los sospechosos.
Al igual que Rueda, la fiscalía solicitó que Mamani siga detenido, en tanto, siguen adelantes las pesquisas a fin de establecer lo sucedido con Aparicio. En ese marco, el fiscal indicó que no se descarta que haya más detenciones en torno a este crimen.
De esta manera son tres ya los detenidos e imputados por el homicidio, siendo Ramírez el primero en caer preso, pues fue detenido a las dos horas de sucedido el enfrentamiento en el cual Aparicio recibió un disparo mortal en la cabeza.