Franco Jonathan Corvalán, de 28 años, arribó a esta ciudad el viernes pasado bajo una fuerte custodia policial. Llegó procedente de Buenos Aires, donde fue capturado. En la audiencia de imputación, ante el fiscal penal,Pablo Paz, el acusado se negó a prestar declaración indagatoria. La fiscalía ordenó la extracción de muestras para realizar cotejos genéticos con rastros hallados en la escena del crimen.
En poder del imputado, policías de la División Homicidios, secuestraron el teléfono celular de la víctima, siendo éste uno de los elementos que llevaron a incriminar a Corvalán, quien después de cometido el asesinato de Leopoldo Federico Núñez, se trasladó a Buenos Aires, donde permanecía oculto.
Según el decreto de imputación, Corvalán estuvo en la casa de la víctima la noche del jueves 1 de septiembre (en barrio Castañares), oportunidad en que asesinó a Núñez de dos heridas de arma blanca a la altura del cuello, tras lo cual se dio a la fuga en el automóvil del enfermero, como así también se llevó otros elementos de la vivienda.
Para el fiscal, Corvalán mató a Núñez para ocultar la consumación del delito de robo de bienes de la víctima, por lo que imputó al detenido el delito de “homicidio calificado crimins causa”, por el cual el Código Penal establece una pena de prisión perpetua.
Al respecto, el fiscal señaló que el la imputación se encuentra especificada en el inciso 7 del artículo 80 del Código Penal, cuyo texto reza lo siguiente: “Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito.”.
Testimoniales y pericias
Tras el hallazgo del cuerpo del enfermero, el fiscal detalló en su decreto un pormenorizado relato de las declaraciones aportadas por familiares, vecinos, compañeros de trabajo y amigos de la víctima, cuyos relatos fueron de gran valor para poder reconstruir el entorno de Núñez y sus últimos movimientos.
Por otra parte, Paz también resaltó la tarea realizada por los investigadores de la División Homicidios, quienes llevaron adelante varias pesquisas hasta confluir en una pista clave, la que provino de un estudio técnico realizado en torno al celular de la víctima.
Asimismo, el fiscal señaló en su decreto de imputación como otras de las pistas claves, el secuestro del vehículo de Núñez, un Renault Megané, rodado que fue hallado en un depósito de vehículos de la municipalidad de esta ciudad, sobre calle Artigas.
Al respecto, Paz explicó que se pudo establecer que el auto había sido protagonista de un accidente leve en la esquina de las calles Alvarado y Córdoba, donde el conductor del Renault Megané al retroceder, por doblar en contramano, chocó con otro vehículo.
La fiscalía pudo identificar al conductor del segundo rodado, quien prestó declaración testimonial y reveló que tras el choque, habló con el acusado, quien con la excusa de ir en busca de los papeles del auto a su vivienda, la cual, fingió, se hallaba a escasos metros, se dio a la fuga.
Posteriormente, el rodado permaneció abandonado para más tarde ser trasladado al depósito de vehículos municipal. A partir de los datos aportados por este testigo y por las imágenes de las cámaras del Centro de Video Vigilancia, la fiscalía pudo lograr luego la identidad del imputado.
El arma asesina
Respecto al arma asesina, la misma fue hallada dentro del automóvil, por lo cual se tomaron distintas muestras, las que se sumaron a otros rastros hallados en la casa de la víctima, en el barrio Castañares, evidencias que fueron levantadas por peritosdel Cuerpo de Investigaciones Fiscales. En tanto, y sobre los elementos robados, el fiscal explicó que se trata de elementos electrodomésticos, celular, tablet y el automóvil, entre otros.
Al momento de la audiencia de imputación, realizada el viernes pasado, Corvalán, asistido por la defensora oficial, Karina Peralta, fue notificado formalmente de todos los elementos de pruebas colectados en la causa, tras lo cual se negó a prestar declaración indagatoria.
Posteriormente, Paz solicitó el mantenimiento de la detención del imputado, como así también ordenó la toma de muestras a fin de ser sometidas luego a un cotejo genético con los rastros hallados en la escena del crimen y en el arma asesina, tarea que se encuentra ahora en manos del CIF.