Agustín Solá Garrido se desempeñó en la Fiscalía Penal de Rosario de Lerma hasta 2017. Se logró comprobar que en casos de contravenciones, obtenía en concepto de “gastos administrativos”, dinero en efectivo de parte de los infractores. La maniobra la descubrió un empleado administrativo y a partir de allí, se obtuvo el testimonio de 11 damnificados. Solá Garrido confesó la comisión de delitos.
La fiscal penal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos, Mónica Poma, representó al Ministerio Público ante la Sala II del Tribunal de Juicio en la audiencia de juicio abreviado en contra de Agustín Solá Garrido, imputado por los delitos de exacciones ilegales y ejercicio ilegal de la profesión en concurso real con incumplimiento de los deberes de funcionario público.
En 2017 Solá Garrido se desempeñaba en la Fiscalía de Rosario de Lerma como auxiliar fiscal, donde en marzo de ese año un contraventor concurrió a la sede fiscal a pagar una multa y fue atendido en forma personal por el acusado. Tras 15 minutos de conversación a puertas cerradas, se retiró y regresó luego con el talón de pago del Banco y buscando al funcionario para pagarle en efectivo el dinero que le solicitó para “gastos administrativos”.
En ese momento Solá Garrido dijo que el ciudadano había comprendido mal el trámite y trató de justificar lo sucedido.
A partir de esa situación, puesta en conocimiento del fiscal, se inició una investigación y se pudo comprobar al menos 11 casos en los que Solá Garrido había procedido de la misma manera y se lo acusó formalmente.
El juez interino Pablo Farah, tras recibir la confesión del acusado y la aceptación de los hechos, lo condenó a la pena de 2 años y 4 meses de prisión de ejecución condicional e inhabilitación especial por el mismo plazo por 11 hechos de exacciones ilegales y ejercicio ilegal de la profesión en concurso real con incumplimiento de los deberes de funcionario público. Deberá además cumplir de reglas de conducta.