El hombre tendrá una consigna policial fija hasta tanto le coloquen la pulsera electrónica. Su expareja, a quien amenazó de muerte, también tendrá una consigna y un botón antipánico.
La fiscal interina Penal de Violencia Familiar y de Género 2, Luján Sodero Calvet, representó al Ministerio Público Fiscal en la audiencia mediante trámite abreviado en la que un hombre de 69 años fue condenado a dos años de prisión de ejecución condicional por ser autor de los delitos de amenazas, desobediencia judicial, tenencia de arma y privación ilegítima de la libertad.
El hombre había sido denunciado el 6 de septiembre de 2022 por su pareja, quien aseguró que desde hace mucho tiempo era víctima de violencia física, verbal y amenazas y que, por temor, no se animaba a denunciarlo. Expresó que ese día discutió con su pareja quien en un momento comenzó a asfixiarla tomándola del cuello. Una sobrina, que escuchó lo que sucedía, se comunicó con el Sistema de Emergencias 911 solicitando ayuda.
El hombre fue detenido y la Fiscalía penal de Violencia Familiar y de Género 2 y el Juzgado de Garantías 6 dictaron medidas cautelares a fin de proteger a la víctima, tales como la prohibición de acercamiento a menos de 200 metros y la la prohibición de ejercer actos de violencia física y psíquica, de proferir insultos, palabras agravantes o desplegar conductas amenazantes personalmente vía telefónica, facebook, whatsapp y/o cualquier red social.
El detenido fue notificado de las medidas, sin embargo al día siguiente regresó a la vivienda por lo que la víctima radicó una nueva denuncia ya que temía por su vida. Al concurrir personal policial al lugar, encontraron al denunciado en el patio de la vivienda, por lo que nuevamente fue demorado.
En tanto el 5 de octubre de 2022, un hijo de la pareja denunció que su padre tenía en la vivienda un arma de fuego y solicitó que sea retirada ya que temía que al quedar en libertad la usara en contra de su madre. Personal policial secuestró un rifle 22, marca Centauro, con un cargador y 4 proyectiles calibres 22.
Por último, el 19 de diciembre, la víctima radicó una nueva denuncia asegurando que tras quedar en libertad, el hombre se presentó en su domicilio y la encerró, acudiendo una sobrina en su auxilio. Grabó con su celular el episodio y lo presentó como prueba de lo que había sucedido.
Durante el procedimiento judicial, el defensor oficial del acusado presentó una evaluación aduciendo que el hombre era incapaz de comprender sus actos. El informe fue revertido por la fiscal Sodero Calvet.
Finalmente, el hombre fue condenado, dictándosele medidas cautelares, tales como prohibición de acercamiento a 300 metros del lugar de residencia de la denunciante; abstenerse de profesar cualquier acto de violencia física o psíquica en contra de la denunciante; fijar residencia en un radio no menor a 700 metros a la redonda del domicilio de la víctima y realizar tratamiento médico por su adicción al alcohol.
Además, se ordenó la colocación de una tobillera electrónica al imputado, con geolocalizador durante el tiempo de la condena y, hasta tanto se efectivice la medida, consigna policial fija al acusado y a la víctima y la entrega de un botón antipánico.