La tercera jornada de la
audiencia será en doble turno (8:30 a 13:30 y de 18:30 a 21:30) dada la
cantidad de testigos que aún restan declarar. Hoy declararon tres
exseminaristas, dos psicólogas, el sacerdote que se desempeñaba como rector del
Seminario; el director espiritual, un sacerdote y un diácono.
En el
segundo día del juicio que se sigue contra el exobispo de Orán Gustavo Oscar
Zanchetta, acusado como autor del delito de abuso sexual simple continuado
agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido en perjuicio
de dos exseminaritas, declararon ocho testigos.
Prestaron testimonio tres exseminaristas, dos psicólogas que asistieron a las víctimas en el Seminario Juan XXIII; el sacerdote Martín Alarcón, que se desempeñaba como rector del seminario; el director espiritual Gabriel Alejandro Acevedo, el del sacerdote Juan José Manzano y un diácono.
Todos los
testigos mantuvieron la declaración que habían realizado en la Fiscalía y cuyas
declaraciones fueron clave para que la fiscala Penal de Violencia Familiar y de
Género de Orán, Soledad Filtrín Cuezzo, imputara a Zanchetta y elevara el
pedido de juicio.
Los tres
sacerdotes coincidieron en señalar que percibieron conductas impropias del
exObispo desde el 2015 y lo hicieron saber, en ese momento, al Vaticano.
El rector del
Seminario destacó que Zanchetta se presentaba en el lugar y decía a los
estudiantes que él era el obispo y los podía sacar y que hacía regalos (como
ropa, computadoras, llevarlos a comer a un restaurante o dinero), a algunos con
los que tenía preferencias.
Por su
parte, Acevedo narró que algunos seminaristas vivían en la casa parroquial de
la Catedral de Orán. Allí, aseguró, Zanchetta visitaba los cuartos y se quedaba
a cenar, consumiendo bebidas alcohólicas con los seminaristas. Dijo que,
algunos domingos, se extendían las sobremesas y pedía a algunos que lo acompañen
al Obispado, volviendo más tarde y embriagados.
Acevedo
también mencionó que en septiembre de 2014, luego de una visita a Rivadavia, el
obispo le entregó su celular al canciller del obispado para que baje las fotos
a la computadora y se haga una selección para enviar al AICA o subir a las
redes. Allí encontraron fotos de contenido pornográfico en las que aparecía el
obispo y algunos jóvenes. Dijo que el canciller lo llamó para que las vea. Eso
llevó a que se haga consulta con otros dos sacerdotes y al anterior obispo de
Orán, y este se contactó con el arzobispo. Fue así que decidieron ir al Nuncio
metropolitano, donde llevaron un pendrive con las fotos.
Las dos
psicólogas –que colaboraban en el Seminario- coincidieron en señalar que los
jóvenes se sentían condicionados para hablar, pero que una vez que Zanchetta
renunció, comenzaron a expresarse con mayor libertad. Una de ellas atendió a
las víctimas cuando mostraban síntomas de ansiedad.
En su declaración, uno de los exseminaristas aseguró que percibió un trato diferencial con algunos compañeros y que fue testigo de abrazos -que por lo general eran desde atrás y duraban más de la cuenta- y del pedido de Zanchetta de que le realizaran masajes. Aclaró que cree en la declaración de los denunciantes. Por su parte, otro exseminarista confirmó que vio cuando el obispo abrazó desde atrás y le apoyó los genitales a una de las víctimas.
También prestó testimonio un diácono, que narró situaciones preferenciales y de preeminencia con algunos seminaristas. Según contó, en un puesto en la ruta, el exobispo habría realizado un gesto obsceno con sus dedos. Cuando este le reclamó, Zanchetta le informó que “al Obispo no se lo corrige” y le habría dejado saber que lo podía expulsar. Luego fue el turno del sacerdote Juan José Manzano, otro de los denunciantes en el juicio canónico.
Mañana,
desde las 8:30, tendrá lugar la tercera jornada del juicio y será en doble
turno (8:30 a 13:30 y de 18:30 a 21:30) dada la cantidad de testigos que aún
restan declarar.
El tribunal
está integrado por los jueces de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán,
María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos. En el
juicio interviene la Unidad Fiscal creada específicamente para este caso,
conformada por Pablo Rivero y Soledad Filtrin Cuezzo. La defensa está a cargo
del defensor oficial Enzo Giannotti.