4 hombres mayores de edad, dos mujeres y dos menores de edad, serán llevados a juicio por el homicidio doblemente calificado de Kevin Maximiliano Aparicio, ocurrido en Febrero de este año, cuando en un enfrentamiento de grupos antagónicos, recibió un disparo en la nuca que le provocó la muerte.
El fiscal penal 3 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Rodrigo González Miralpeix, requirió juicio contra Héctor Emanuel Rueda, “Ema”, Michel Samuel Rodríguez, Héctor Fernando Mamaní, “Gamuza”, Marianela Lourdes Gareca Galván, Nadia Sandra Gareca Galván y Facundo Exequiel Aban, “Dibu“ por los delitos de homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y por el uso de arma de fuego en concurso real con portación ilegítima de arma de fuego agravado por la participación de un menor en perjuicio de Kevin Maximiliano Aparicio y contra dos menores de 16 años al momento de los hechos, por el delito de homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y por el uso de arma de fuego en concurso real con portación ilegítima de arma de fuego.
En el requerimiento consta que hay otras dos personas involucradas en el hecho y que están con orden de detención vigente pero que hasta el momento lograron evadir el accionar de la Justicia, por lo que se reservó la imputación y eventual acusación para el momento oportuno. Ellos son Brian Vargas, “Fumao” y Sergio Marcelo Guantay, “Zapato”.
González Miralpeix explicó que la investigación fue larga y compleja ya que se realizaron numerosas diligencias y se recepcionaron cuantiosos testimonios, incluso algunos con identidad reservada por temor a represalias de los familiares de los imputados y varios circuitos cerrados de televisión a menores donde se aportaron datos de lo sucedido aquella tarde.
En los fundamentos, el fiscal plantea la hipótesis criminal de que los imputados tenían un acuerdo premeditado con integrantes y simpatizantes del equipo “Los Pibes” de barrio Provipo , quienes acondicionaron todo para luego de un partido de fútbol, arremeter contra los jóvenes de Norte Grande, entre los que se encontraba la víctima. Sostiene que “…cada uno de los imputados, como coautores, tiene en sus manos el dominio del hecho, a través de su función específica en la ejecución del suceso total, porque como el plan concreto incluye su aporte, si él no hace su parte, el hecho fracasa…”.