El hombre se encontraba detenido desde mayo de 2020 en la Alcaldía y luego continuó con arresto domiciliario hasta el juicio abreviado, que se celebró este martes.
Mediante juicio abreviado, un hombre de 31 años fue condenado a la pena de un año y ocho meses de prisión efectiva y tres años de ejecución en suspenso con reglas de conducta y tratamiento psicológico por distintos hechos de violencia de género.
La Fiscalía Penal de Violencia Familiar y de Género N° 1 había imputado al hombre por lesiones leves agravadas por la relación preexistente y por el género y por amenazas en concurso real y solicitó la acumulación de otro requerimiento que realizó oportunamente por seis hechos de desobediencia judicial, tres hechos de amenazas y amenazas con arma.
El acusado se encontraba detenido desde el 14 de mayo de 2020 en la Alcaldía y, desde el 8 de septiembre del año pasado, permanecía con arresto domiciliario.
La víctima había denunciado en enero de 2017 al hombre –con quien por ese entonces convivía y con quien tuvo dos hijos de cinco y un año- por amenazas y violencia de género. En esa oportunidad, el hombre insultó y golpeó en el rostro y pierna a la mujer, delante de sus hijos. Al evaluarla, el Departamento de Medicina y Química Legal de la Policía de Salta informó que la víctima presentaba ”inflamación en pómulo y mejilla derecha, hematoma y dolor en región lateral externa de tobillo derecho”.
En octubre de 2018, cuando aún se encontraba vigente una medida cautelar de prohibición de acercamiento por violencia de género, el hombre –estando en el domicilio de la víctima- intentó tener relaciones sexuales con ella y, ante la negativa, comenzó a insultarla y agredirla. La mujer huyó a la casa de su madre, desde donde solicitaron ayuda a la Policía para poder retirar sus pertenencias de la vivienda. Allí, el acusado volvió a amenazarla y, colocando un cuchillo sobre la mesa, la amedrentó.
En las distintas declaraciones, la mujer señaló que su expareja es un hombre celoso y la acusaba de tener relaciones con otros hombres y de que dudaba de ser el verdadero padre de los hijos de la pareja, por lo que los llamaba “bastardos”.
Durante el juicio abreviado celebrado este martes, el hombre manifestó que judicializó (alimentos, régimen de comunicación) todo lo referido a los hijos” para así evitar tener contacto con su expareja.