La fiscala de Violencia Familiar y de Género, María Soledad Filtrín Cuezzo, realizó la investigación que permitió que el juez Fabián Fayos condenara a un hombre de 27 años por lesiones graves, agravadas por haber existido relación de pareja y mediar violencia de género, robo y desobediencia judicial (dos hechos)
Un hombre de 27 años fue sentenciado en Orán a tres años de prisión efectiva por los delitos de lesiones graves, agravadas por haber existido relación de pareja y mediar violencia de género, robo y desobediencia judicial (dos hechos).
Durante el juicio, la fiscala de Violencia Familiar y de Género, María Soledad Filtrín Cuezzo, debió sortear distintas situaciones como la retractación de la propia víctima y de testigos que contaron una versión diferente a la dada durante la investigación penal.
El 7 de octubre de 2020, a través de publicaciones en redes sociales, la fiscala Filtrín Cuezzo toma conocimiento de que una mujer se encontraba internada en el hospital, víctima de violencia de género.
A lo largo de la investigación, la fiscala pudo determinar que el 6 de octubre, en horas de la madrugada, la expareja de la víctima se presentó en su domicilio y discutieron. El hombre le sustrajo el celular y 2.000 pesos. Luego, la mujer fue encontrada tirada en la calle, inconsciente, por un móvil policial que acudió en respuesta a un llamado de un familiar de la víctima.
En el hospital de Orán fue diagnosticada con fractura de clavícula, hematomas en la cara y región lateral de la cabeza. El puesto policial del hospital labró un acta en la que la mujer dijo que su expareja le había robado el celular, dos mil pesos y luego la sacó a la calle, en donde la lesionó, pero que luego haría la denuncia; algo que nunca concretó.
Durante la investigación y el juicio, la víctima minimizó los hechos, por lo que el equipo interdisciplinario del Ministerio Público Fiscal debió trabajar con la mujer y sus familiares en la concientización sobre violencia de género y elevar informes a Filtrín Cuezzo.
Teniendo en cuenta los antecedentes, la fiscala expuso dos hechos de violencia previos de 2018 y 2019 –por los que existía prohibición de acercamiento- y logró que un testigo de lo sucedido el 6 de octubre de 2020, se animara a declarar.