El procurador general de la provincia, Abel Cornejo, destacó la tarea desempeñada por la fiscal penal Verónica Simesen de Bielke durante la audiencia de debate que culminó este jueves en la Sala VII del Tribunal de Juicio, con la condena a prisión perpetua de los cinco responsables del homicidio calificado de Daniela Guantay.
Cornejo recibió a Simesen de Bielke para reconocer la tarea desempeñada durante el juicio en el cual la fiscal solicitó prisión perpetua para Carlos Alfredo Agüero, “Chury”; Norberto Silvestre, “Chiqui”; Julio César Monasterio, “Gordo Julio”; Juan Reynaldo Álvarez, “el viejo” y Griselda Marisel Urzagaste. Todos fueron condenados a la pena de prisión perpetua como coautores del delito de homicidio calificado por mediar violencia de género por ser perpetrado con ensañamiento y por concurso premeditado de dos o más personas, agravado por la participación de un menor de edad.
La menor imputada fue declarada penalmente responsable del delito de homicidio calificado por mediar violencia de género por ser perpetrado con ensañamiento y por concurso premeditado de dos o más personas y la sentencia será remitida al Juzgado de Menores 3, que se encuentra a cargo de su tutela.
El Procurador puso de relieve el trabajo de Simesen de Bielke y el desarrollado especialmente en este caso, porque su formación y actuación basada en la perspectiva de género, permitieron que los hijos, madre y seres queridos de Daniela Guantay sepan que su femicidio no quedó impune. Dijo que el caso es emblemático, porque se trata del primer fallo en el país en el que se condena simultáneamente a prisión perpetua a cinco personas acusadas de femicidio.
“Que una integrante del Ministerio Público Fiscal investigue y logre la condena de los autores de un padecimiento y muerte tan aberrantes como los sufridos por Daniela, es alentador para una sociedad que hoy sigue sufriendo las consecuencias de la violencia machista en todas sus expresiones y que espera el castigo de los violentos y femicidas”, afirmó el Procurador, quien comparó este caso con el de Jimena Salas, por la alevosía y ensañamiento con la que él o los autores del crimen, terminaron con su vida.
Por su parte, Simesen de Bielke relató que el juicio fue una experiencia muy intensa y que pese a la inexistencia de pruebas directas (en orden a los indicios biológicos o pruebas de carácter genético), la hipótesis planteada por el Ministerio Público Fiscal, fue la adoptada por el Tribunal de Juicio. “La responsabilidad penal debía recaer sobre los acusados”, sentenció.
Reconoció que se trató de un juicio complejo, dada la cantidad de testigos y los seis defensores, porque ello implicó que hubiera preguntas y repreguntas constantes sobre temas que los testigos ya habían contestado. Además, hubo duros cuestionamientos a los testigos y una actitud de deslealtad procesal por parte de las defensas, que con su estrategia trataron de confundir al Tribunal.
Este caso fue una bisagra desde el punto de vista profesional y humano para Simesen de Bielke, quien admitió que como funcionaria “damos lo mejor de nuestra parte, para que la tarea se vea reflejada en el resultado”. Y desde el punto de vista personal, “fue muy fuerte ver a la madre de Paola y los niños, agradecidos con el resultado. Fue una bisagra desde el punto de vista profesional y humano”, finalizó la fiscal.
El Tribunal estuvo integrado por los jueces Paola Marocco, María Livia Carabajal y Francisco Mascarello. La querella fue ejercida por los abogados Gabriela Rodríguez y Pablo Del Pino, ambos de la Fundación Cintia Fernández.