En su análisis del hecho, y de las pruebas producidas, el fiscal ramos Ossorio fue contundente al sostener que Gaspar Cinco “actuó de manera premeditada e intencional” al llevar adelante el plan asesino para deshacerse del pequeño Amir, de dos años.
“De manera premeditada, en forma directa e intencional, y aprovechándose de la confianza que a la damnificada le inspiraba por la relación de noviazgo que ambos mantenían, Gaspar Cinco le proporcionó a Alejandra la botella de plástico color violeta que contenía (de manera oculta) el compuesto químico letal (Potasio de Cianuro), veneno que el mismo preparó con la marcada intención de sesgar la vida del hijo de Alejandra, el pequeño Amir Alejandro Párraga, de apenas dos años de edad.”.
“Al mismo tiempo que, con su accionar puso al alcance de su pareja, el material insidioso, sin dar cuenta del riesgo objetivamente creado, para la misma o bien, para terceras personas que pudieran ingerir o tomar contacto con la sustancia. Cabe señalar que, un niño de tres años, “integrante del grupo familiar, momentos antes de la ingesta del veneno, se encontraba jugando con el niño Amir.”.
En conclusión, Ramos Ossorio sostuvo que “el causante actuó con dolo directo al causar la muerte del niño Amir, y con dolo indirecto al provocar la muerte de su pareja, a quien deliberadamente colocó en situación de víctima adicional o secundaria, al dejar en contacto de la misma el material insidioso, a sabiendas de que ésta podía ingerir el mismo directamente (ya que desconocía la naturaleza mortífera del contenido).”.
Por otra parte, indicó que “cabe, asimismo, señalar que una vez que el imputado concretó la entrega de la botella -conteniendo la sustancia mortal-, a su pareja, y ésta a su vez se dispuso a darle de beber a su hijo la supuesta “agua bendita”, Gaspar Cinco de inmediato se alejó del lugar, para no poner en riesgo su propia integridad corporal respecto de la situación por el mismo creada.”.
“Agua bendita”
Ramos Ossorio dejó en claro que el contenido de la botella, en la que supuestamente había “agua bendita” procedente de la Catedral, se trataba en realidad de un compuesto que el mismo imputado preparó a partir de un envase con la leyenda “Biopack -Potasio Cianuro”, de 500 gramos, adquirido por el acusado en un local comercial de venta de sustancia e instrumentos para laboratorios, de calle 12 de Octubre al 700.
Al respecto, el fiscal indicó que, en su testimonio, la propietaria del local reconoció a Gaspar Cinco como la persona que se presentó en su negocio y adquirió dicho envase, el que, luego de ser preparado, fue arrojado por el acusado en el canal de calle Coronel Vit.
Con estas, y otras pruebas producidas a lo largo de la investigación, Ramos Ossorio dejó sentado que fue Gaspar Cinco el responsable de adquirir el veneno, como así también obtuvo información de su preparación letal a través de una conversación con una profesional local, cuyo testimonio consta también en la causa.
“Así también a partir del testimonio del esposo de Mariana Cecilia Párraga, Iván José Luis Vasi, se deduce que el hallazgo de la botella de plástico color violeta, entre medio de las ropas de Alejandra en el placard de su habitación, no fue casual, como tampoco que fuera intención de Alejandra que la botella estuviera ahí, sino fue Franco Rodrigo Gaspar Cinco quien la guardó allí previo a dirigirse al Hospital.”, afirmó el fiscal.
Ramos Ossorio señaló que Vasi mencionó el derrotero que Gaspar Cinco hizo después de que madre e hijo comenzaran a padecer los efectos del veneno, declaración testimonial que permite, a criterio de la fiscalía, establecer que el acusado ocultó entre las ropas de su novia, el elemento homicida.