Cristian Gabriel Caiguara fue condenado a la pena de 20 años por el homicidio de Celina Primitiva Quipildor, a quien atacó con un arma blanca mientras descansaba y se dio a la fuga. Una de las hijas de la víctima vio el ataque y reconoció al acusado, lo cual fue fundamental en la investigación.
El fiscal penal 3 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Rodrigo González Miralpeix, con el acuerdo de las partes, solicitó juicio abreviado ante la Sala 7 del Tribunal de Juicio para Cristian Gabriel Caiguara de 25 años, imputado por el homicidio de su suegra, Celina Primitiva Quipildor, a quien atacó con un cuchillo de grandes dimensiones el 19 de Mayo del año pasado y falleció el 2 de Junio pasado.
En el requerimiento, González Miralpeix expresó su convicción de la intención de Caiguara de provocar la muerte de su suegra, ya que valiéndose de un arma blanca, la apuñaló en una zona vital, aprovechando su situación de indefensión y se dio a la fuga. Entre los elementos probatorios citados por el fiscal constan los testimonios de la ex mujer de Caiguara quien explica la situación de la pareja al momento de los hechos y la conducta que desplegaba el acusado ante la separación. También la declaración de una de las hijas de la víctima, quien pudo ver el ataque y reconoció a su cuñado como el agresor.
De lo investigado surge que Caiguara se encontraba separado de su esposa debido a un hecho donde éste había intentado abusar de su cuñada, por lo que sólo se vinculaban por su hijo en común y que la víctima era quien oficiaba de mediadora en la pareja ya que le tenía mucho cariño a su yerno. También trascendió que el enojo de Caiguara con Celina Primitiva Quipildor habría surgido el día anterior cuando discutieron ante la posibilidad que su ex mujer se mudara de ciudad o formara otra pareja. “Ella no será de nadie” y “de mi no te vas a deshacer, si te vas, ahí me voy a volver bien loco” son algunos de los dichos del imputado hacia su ex mujer y su suegra en las horas previas al ataque.
La jueza Paola Marocco, luego de recibir la confesión del acusado y la aceptación de los hechos de los que se le imputan, lo condenó a la pena de 20 años de prisión de cumplimiento efectivo.